Cojutepeque, Cuscatlán. Fiscales de la Unidad de Vida de la oficina de Cojutepeque, demostraron que el integrante de la pandilla 18, Víctor Manuel Escobar Molina, ordenó desde el penal de Izalco, la muerte de Miguel Ángel Hernández, quien fue privado de libertad, posteriormente asesinado y su cuerpo desmembrado, para luego ser enterrado en el municipio de El Carmen, en el departamento de Cuscatlán.
La víctima perdió la vida el 17 de octubre de 2013, el mismo día que fue privado de libertad; pero sus restos fueron encontrados hasta el 5 de diciembre del mismo año, en las cercanías del río Mucuyo, en el cantón Soledad, en la jurisdicción de El Carmen.
En el crimen participaron un grupo de pandilleros que, cumpliendo las órdenes de Escobar Molina, dadas a través de una comunicación telefónica, lo decapitaron, y le cercenaron sus miembros superiores e inferiores.
De acuerdo a la prueba testimonial, el móvil del crimen fue porque la víctima, quien era integrante también de la pandilla, se había dedicado a robar en la zona donde operaban y que presuntamente, estaba incumpliendo una de las reglas que debe acatar el grupo.
Con base a las demás pruebas periciales y documentales, el Juzgado de Sentencia de Cojutepeque, lo declaró responsable del Homicidio Agravado.
