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Consolidación - Firmeza - Solidez
Espero y confío en que la juventud comprenderá y batallará por transformar al mundo perverso de hoy,
por otro en el que brille la virtud como si fuera un sol radiante, donde puedan florecer los valores que hoy
tanto añoramos al observar la corrupción, la violencia y la inmundicia moral que nos rodea. Tenemos que
ayudarles.
Jóvenes de hoy, recuerden siempre que tienen ustedes más futuro que historia, a diferencia de nosotros
que tenemos más historia que futuro; en consecuencia, son ustedes propietarios absolutos del mañana. Y,
por lo tanto, están llamados a ser los arquitectos de un porvenir que les está esperando sonriente y con los
brazos abiertos, para brindarles la brillante oportunidad de plasmar un mundo maravilloso.
Todos debemos ayudar a que nuestros jóvenes se conviertan en ciudadanos de primera categoría, porque
es imposible construir un mundo nuevo con personas de segunda. De tal suerte, solo me queda invocar
al Supremo Creador que ilumine el camino que conduce al venturoso porvenir que todos deseamos, para
ver convertido a nuestro amado país en una nación próspera, venturosa, pujante y, sobre todo, soberana.
Los funcionarios, los políticos, los empresarios, la sociedad en general debemos apoyarnos en principios
sólidos, y no en ideologías para defender los intereses legítimos de nuestros jóvenes. No podemos darnos
el lujo de que gente inteligente caiga en el culto de la mediocridad. Debemos afirmar la legitimidad de
nuestra Constitución y de nuestras leyes; afirmar y ejercer nuestra libertad y nuestros derechos, que son
los que se vulneran cuando se quebrantan nuestras normas.
De todo corazón, Luis Martínez les dice: pongamos orden, porque hay esperanza. Hay esperanza. Podemos
avanzar y derrotar a los enemigos de los salvadoreños.
Avancemos y que Dios nos bendiga a todos.
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