Rolando Arturo Sandoval, considerado como remanente de una banda liderada por Amílcar Castillo Mejía, alias “Cuche”, dedicada al hurto y robo de furgones con mercadería, fue sentenciado a cumplir una pena de prisión de 68 años, esto después de ser declarado culpable por nueve delitos.
El informe de la Unidad Fiscal Especializada de Hurto y Robo de Vehículos, confirmó que el imputado Sandoval, enfrentó la vista pública en el Tribunal Primero de Sentencia de San Salvador.
Dicho Tribunal dio validez a toda la prueba presentada por los fiscales durante el desarrollo del juicio, con la cual quedó establecida su participación delincuencial.
Se resaltó la participación de víctimas y testigos, provenientes de Honduras y Guatemala.
Al final, fue encontrado responsable de cometer seis delitos de Robo Agravado, por lo que se le impusieron un total de 48 años de cárcel; por dos de Hurto Agravado aplicando otros 10 años y tres por Agrupaciones Ilícitas, con lo cual suman los 61 años.
Esta organización tenía como objetivos los vehículos pesados que transportaban todo tipo de mercadería hacia diversos centros de distribución comercial en el país, en la que estaban organizados civiles y algunos miembros policiales, quienes ya cumplen diferentes penas de prisión.
OTRA CONDENA DE 10 AÑOS
En otra condena, la misma Unidad informó, que el Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador, impuso 10 años de cárcel a Jorge Alberto Flores Santos y a Miguel Ángel Servellón Pineda, por consumar delitos ligados de esa materia.
Los fiscales comprobaron que este caso sucedió el 27 de julio de 2017, cuando la víctima se encontraban en los alrededores de un centro comercial de la zona en Soyapango, hasta donde llegaron los acusados y luego de amenazar con arma de fuego, se apropiaron del vehículo automotor.
Aparte de los 10 años que deberán cumplir, a Servellón Pineda le sumaron tres años por haber incurrido en el delito de Posesión y Tenencia de placas de circulación (o tarjeta de circulación), ya que fue capturado días después, en momentos que manejaba el bien robado.
